¿Es posible que los cuerpos de los difuntos puedan conservarse lozanos y frescos tras siglos?
Contrariando las leyes naturales y triunfando sobre los elementos, la incorruptibilidad de los restos mortales es una gloria más de la Iglesia. Ni antes, ni fuera de ella se da este prodigo que desafía toda ciencia.
Hablar sobre la muerte, aún en el caso de los santos, trae consigo la carga del disgusto de una sociedad que se niega a meditar sobre ella. También sabemos que al batallón de escépticos, se suma el de aquéllos de poca fe que se niegan a admitir la existencia de los prodigios que estamos a punto de tratar. Y es que el ojo de la visión sobrenatural se ha cerrado en esta época, dejando abierto únicamente el naturalista, que ve contradicción en donde sólo hay un enriquecedor y bellísimo complemento. Pero – preguntarán comprensiblemente muchos fieles creyentes:
La incorruptibilidad es la única forma de preservación que no obedece a ninguna ley, no depende de la forma, ni de la temperatura, ni del lugar. Estos cuerpos no se ven afectados por el tiempo esperado para el entierro tras la muerte, ni por la humedad, ni por la falta de cuidados, ni por los frecuentes traslados, o por estar cubiertos con cal viva, o por su proximidad con cuerpos en descomposición, elementos provocadores de putrefacción. No fueron embalsamados o tratados de ninguna forma, y muchos se encuentran con gran flexibilidad, casi iguales a cuando estaban vivos, y un suave aroma se desprende de sus cuerpos, años y años después de su muerte.
incoruptibilidad no es momificación. Las momificaciones dejan cuerpos arrugados, rígidos y extremadamente secos. La mayor parte de los incorruptos, en cambio, están bastante hidratados y flexibles, incluso después de siglos de su muerte. La preservación se ha logrado a veces bajo condiciones que en sí propiciarían la putrefacción, y han superado circunstancias que sin duda ayudaron a la destrucción de todos los otros cuerpos sometidos a las mismas condiciones. De hecho, los entierros de buena parte de incorruptibles fueron retrasados debido a la reticencia de los devotos.
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